sábado, 2 de febrero de 2013

Espárragos

Esta mañana ha vuelto el viento que está barriendo el benigno invierno. He dado una vuelta por la finca recogiendo la cosecha de espárragos del fin de semana. Los espárragos silvestres son uno de los placeres del invierno y la primavera. Siempre me sorprende la fuerza y fragilidad de las esparragueras, tan poco amigables con su púas y tallos enmarañados tras espigar, tan suaves, firmes y flexibles en los primeros tallos. Creo que soy un poco espárrago. Creo que la mayoría de nosotros somos un poco espárragos. Crecemos, nos volvemos enrevesados, nos protegemos y, de vez en cuando, tenemos un brote nuevo que es parte de nuestra naturaleza. Eso, quizás extraño, es lo que pensaba mientras me pinchaba las manos y sentía la gota de sabia del brote recién cortado. Luego me he puesto a pensar cómo hacer la excelente cosecha del día (a la foto me remito), bajo el primer rayo de sol de la mañana que ya calienta el rostro (no me digáis que no es un placer ese primer roce calentito del sol). Ahí ha surgido otra característica de los espárragos que me encanta, con ellos no se puede sobreactuar, lo mejor de ellos se obtiene cuando los cocinamos de manera sencilla, directa. Unos espárragos salteados con ajito, un revuelto de espárragos y huevos, a la brasa un momento con sal gorda. En un contexto dónde estamos rodeados por la sobreactuación (prima hermana de la hipocresía), el ruido y el humo, los espárragos nos recuerdan que lo complicado lo provocamos nosotros.

4 comentarios:

  1. que buenos estaban,acompañados de la primera coliflor del huerto!!!!!

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  2. Hola Antonio, soy Susi, del blog Trébede. Hace algún tiempo me dejaste un comentario por una entrada que publiqué en la que contaba muy por encima la historia de mi hijo, ahora de 15 meses, que fue operado en septiembre de tetralogía de fallot. Muchas gracias porque cuando uno se encuentra en esta tesitura siempre se agradece que alguien que ha pasado por lo mismo te recuerde que no eres la única. La operación ha salido muy bien y, aunque le ha quedado una pequeña lesión residual, esperamos que a medida que va creciendo se le solucione y así evitar una segunda intervención a corto plazo. Me alegro muchísimo de que lleves una vida plena y de que la cardiopatía no sea un obstáculo en absoluto!!!!!! espero que lo mismo le ocurra a Dieguito! Besos y me quedo como seguidora!!!!

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    1. Hola Susi. Perdona, pero soy un poco desastre en el seguimiento de mi propio blog. Acabo de ver tu comentario. Me alegro un montón de que la operación fuese un éxito. Más allá de recordarnos si somos únicos o no, creo que a todos nos viene bien sentirnos acompañados, de alguna manera. Siento mucho no haber mirado antes en los comentarios. En cualquier caso Dieguito es ya un luchador. Cuidaos

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  3. Un buen plan para evadirse es la busqueda del espárrago. Me encanta observar la esparraguera, fijar la vista, esperar y ahí están, uno, dos, tres...
    Ayer salí a evadirme un rato por eso en mi nevera hay un buen manojo de espárragos.
    Cris

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