viernes, 10 de junio de 2011

Verano

Ayer fue el primer día en que olí a verano. Volvía del trabajo, atravesaba el valle de Benimussa y entre los pinos olí ese tiempo de calor y luz. Me alegró, me rescató de entre los papeles y la burocracia, y me dejó disfrutando de toda una tarde libre. Un olor liberador, el mismo del inicio de las vacaciones cuando éramos niños y adolescentes, el mismo del paréntesis de la universidad en la isla, el mismo de las tardes largas en la terraza de la casa y en el huerto. El peso de los días pasados, con las elecciones, las movilizaciones, el incendio, los cabreos, cambios y el todo sigue igual que suena, resuena y volverá, sin amenazar, seguro de sí mismo, pero volverá, todo ese peso se disipa, se gasifica y vuela entre ese olor, entre esa sensación que acude a los estados más primarios, los que dan sentido a la base de la pirámide. A medida que caía la noche, el olor se humedecía y se perdía. El telediario (confieso, soy adicto aún sabiendo lo lejos de la realidad que está la noticia) me confirma todos los temores, la vida fuera de esta burbuja de aroma a pino que he fabricado hoy continúa, inalterable y alterando todo a su paso. Hasta el tiempo cambia y se rebela con nubes y chubascos. Los deportes son todo dudas, fichajes sí, fichajes no. Acaban las noticias y, de nuevo, se dejan la primicia más importante: 12 días antes del comienzo oficial del verano, ha habido aromas de agosto en el km 3 del camí vell de benimussa, según fuentes no confirmadas y consultadas por agencia, se ha podido saber la existencia de un afectado.

2 comentarios: